La
Terapia Génica es una factible técnica para prevenir y tratar gran
número de enfermedades producidas por una alteración genética.
Los
principios de este método se remontan al año 1972 cuando Friedmann
y Roblin establecieron los primeros elementos teóricos
fundamentales, tres años después Rogers y Martín-Cline establecían
los primeros elementos prácticos y finalmente en 1980 se llevó a
cabo la primera práctica de terapia genética de la mano de Martin
Cline.
Sin
embargo, tuvieron que pasar nueve años hasta que los Institutos
Nacionales de la Salud de Estados Unidos aprobaran el protocolo
clínico para insertar un gen extraño en las células del sistema
inmunitario de pacientes de cáncer.
Por
este mismo motivo, la terapia génica es una técnica terapéutica
bastante reciente, mediante la cual se inserta
un gen funcional en las células de un paciente humano para corregir
un defecto genético o para proporcionar a las células una nueva
función. Se pueden
transfectar
células extraídas del paciente (terapia génica ex
vivo),
o bien realizar la transferencia génica in
vivo,
introduciendo el material genético directamente en las células del
paciente, sin necesidad de extraerlas.
En
este artículo me voy a centrar en explicar la terapia génica y su
utilidad frente al cáncer. Los resutados experimentales han
demostrado que a través de la terapia génica, además de que las
células malignas dejan de crecer, se vuelven más sensibles a la
radiación, a la quimioterapia o pueden ser reconocidas fácilmente
por el sistema inmune del individuo.
Las
investigaciones en la terapia génica del cáncer están orientadas
hacia cinco estrategias diferentes, ya sea destruyendo las células
tumorales o facilitando la supervivencia de las que no son malignas.
Aunque solamente dos son las que se llevan a la práctica más a
menudo.
- La primera opción consiste en destruir las células tumorales mediante la inserción de “genes suicidas”.
Los
primeros ensayos en esta línea se llevaron a cabo con pacientes con
tumores cerebrales donde se probó la transfección con el gen de la
timidina quinasa del virus Herpes
simplex y
la droga ganciclovir. Las células que incorporen y expresen el gen
HSV-TK convierten el ganciclovir en un derivado tóxico que hace
producir fallos en la replicación que desembocan en la muerte
celular. El
principal impedimento de esta terapia era la ineficacia de
transfección de las células tumorales. Puesto que es muy difícil
infectar todas las células de un tumor, la esperanza de esta terapia
radica en que tras el tratamiento con ganciclovir.
- Otra opción sería mejorar la respuesta inmune de los pacientes con cáncer.
Para
llevar a cabo esta técnica se extrae plasma de la persona en
cuestión y se transfectan los linfocitos T con una proteína
implicada en la expresión del receptor TCR. Este TCR es capaz de
reconocer y combatir ciertas moléculas presentes en las células
tumorales así como activar a otros linfocitos T. Se están
produciendo diversos ensayos clínicos en esta línea para tratar
tumores vascularizados, como es el caso de los mielomas.
Después
de una década de ensayos preclínicos y clínicos, aún existen
diversos obstáculos que limitan la eficiencia antitumoral de esta
terapia; pero después de todo, los avances en lo que se refiere a la
biología molecular y campos relacionados prometen hacer más
eficiente, ampliar y hacer más poderoso el arsenal antineoplásico
para la terapia génica.
Este vídeo explica las anteriormente citadas terapias contra las enfermedades tumorales.
BIBLIOGRAFÍA
Por Andrea Giménez Vila. (:
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